sábado, 20 de mayo de 2017

José.

Me has roto el corazón
y esta es definitiva
ya no sé si llamarte "vida"
o si siquiera llamarte.

Tienen razón cuando dicen
que las palabras son sólo palabras
hasta que no hayan actos de ellas.
Lo he confirmado.

No sé,
algunos dicen que soy una valiente
porque los golpes de la vida
me los guardo bien bajo la manga,
pero no es así.

Me has quemado
con una mentira
que sonaba fresca a lo lejos.

Me entregué de una forma entera
a tu corazón ya lastimado
e intenté cuidarte
pero fue tarde.

Ahora,
tus amigos me dicen que cambiaste
luego de dejarme,
que dejaste de ser el de antes.

Ellos dicen,
que fui la mejor decisión que
tomaste en tu vida
y que el mayor error fue olvidarme.

Escuché
que encontraste a alguien más
para despojarte
de dolor.

Qué te digo,
amor pérdido:
ya no me queda nada en este cuerpo desnudo
que dejaste al borde del abismo
en una noche de noviembre.

Ya no me queda nada
en estos ojos cafés
a los que les apagaste la luz
al irte de la habitación
que era mi corazón.

Ya te vas,
más temprano de lo usual
y siento que no vas a volver.

Ahora hablaré en tercera persona:

A ella se le acabaron las noches tranquilas,
a ella se le acabaron futuros llenos de vida,
ahora llueve más en sus ojos que en el cielo.

Ella ya no puede amar,
porque ama a medias,
porque todo se quedó con él.

Cada noche,
su cama es un refugio
en contra de los recuerdos
que le llevan las estrellas.

Pero...

Yo tengo miedo de perderte
y perderme contigo,
porque mi amor ha sido infinito.
Tanto como tu partida.

Y quiero decirte adiós,
pero son palabras que están selladas
en lo profundo de mi ser.

Porque verte ir
es más doloroso que ver que mi vida
se va contigo.

viernes, 10 de marzo de 2017

Brisa.

Estaba sentada esperando el golpe de la vida
como casi siempre lo hacía
esperando que llegara 
desde las tres hasta las seis.
Y no sé por qué.

Tomé un café con olor a verdad
porque este insomnio que me abraza
me hace recordarte y decirte lo mucho que te amé
cuando el recuerdo debe estar guardado.

Quise volar una noche por los cielos de Madrid,
pero no estabas ahí
y menos yo.

Quise besarte las mejillas sonrosadas por el frío
pero en cambio besé la tristeza.
Y me recordé escribiendo tu nombre en mi mano
buscando algo que rimara con él.

Estaba versando tus besos cuando recordé
que ya te habías ido
y me puse a llorar;
y a reír.

Quise sembrar margaritas en mi jardín
luego cogerlas y ponerlas en un jarrón
cerca de la mesa
donde perdí la inocencia 
escribiéndote una carta.

Me puse a caminar a media noche 
danzando al ritmo de tu adiós
porque mi corazón me pedía
seguir despierta una noche más
para darme cuenta que ya no estabas.
Ya no quería conjugarte con todo lo visible
quería conjugarte con todo lo que no se ve:
porque eres más bello ausente.

He vuelto a escribir,
y tu nombre ya no está en mis palabras.

lunes, 12 de septiembre de 2016

De canciones a páginas rotas.

Había pensado en la forma más sencilla de dejarte ir.
Así,
sin problemas con las personas que amamos
sin problemas con las personas de afuera
sin problemas con nosotros.

Había planeado tan dura y ociosamente
dejarte ir sin decírtelo,
luego te darías cuenta.
Un poco injusto
¿pero no estás acostumbrado ya a eso?

No me malinterpretes,
te amo,
por supuesto que no.
No me gustaría verte adolecer
de lo que tan duramente me pegó a mí.

Un poco bizarra la visión que tengo de ti alejándote,
porque ni siquiera sabes que lo vas haciendo.
Y mejor aún,
mientras tu corazón no diga nada
callados estamos felices.

Había planeado,
no sé
para tener una forma de decirlo;
había soñado con el día en que te irías
yo no estaría
no me dolería
no me enteraría
hasta que me diera cuenta
que ya no volverías.

Hay formas diferentes en las que intenté traerte de vuelta.
Por ejemplo:
te grité en silencio que te amaba,
te perseguí a escondidas mientras huías,
te tomé la mano sin rozarte mientras tomabas tus cosas.
Te besé los labios sin saborearte mientras decías adiós.

Irónico.


¿Qué decía?
Ah, por supuesto
te amo,
claro que no.

Qué estúpido es enamorarse,
claro,
porque a mí me dejaste.
Y yo seguí esperándote.

¿Qué problema hay en eso?

Pero, vale.
Está bien,
te dejaré ir,
o si quieres te vas de nuevo,
pero esta vez no me lo digas,
no me dejes señales,
no me lo insinúes.
Sólo vete,
déjame creer que algún día volverás.

domingo, 14 de agosto de 2016

Lo que ella sentía.












Ambos éramos jóvenes,
estúpidos, irremediablemente temerosos,
y un poco fuera de control.
Pero sabíamos que podíamos ser felices juntos.

     
            ... porque éramos el mismo error.



Y sabíamos que éramos la mitad del otro,
pero hablábamos más del silencio
que de nuestro cruel destino inesperado.

sábado, 6 de agosto de 2016

Yo.

Me he quedado sentada
en un jardín de recuerdos
que sembraste
la primera vez que me besaste los labios.

Ya no te espero
con los brazos abiertos
ahora sólo te espero con palabras dulces
que te llenen la vida de colores
si nadie te la pinta así.

Voy pintando en el cielo
flores blancas que convinen con el color esperanza
que ha quedado en mi alma desde tu partida,
sonreírle a la vida como siempre he hecho
después de cada herida.

Y aquí estoy sentada,
recogiendo lo que quedó de antes,
sólo para guardarlo y tenerlo ahí
para mostrarle a mi nuevo amor
que soy buena amiga de los golpes de la vida.

Voy a volver a amar,
sin olvidarme de quién soy.
No voy a cerrarle mi corazón a aquel
que quiera adivinar de qué estoy hecha.

Para decirte de una manera honesta
que pinto primaveras con mis besos
otoños con mis sueños
e inviernos con mis lágrimas.


Y esa soy yo.

domingo, 26 de junio de 2016

Con mis uñas lilas.


Recuerdo aquel invierno

cuando mi ventana estaba llena

con las lágrimas del cielo

y hablábamos hasta noche

sobre cuánto tiempo viviríamos juntos.



Recuerdo

de una manera casi reciente

el beso que me diste ése día

cuando te rompí el corazón

y me perdonaste.



Recuerdo

tus manos viajando por mi espalda

aferrándose a mí

para no perderme.



Y es así como voy muriendo sin anuncio.



Porque tengo miedo a olvidarte

como los peces.

Porque me da miedo dejar de ser tuya

cuando ya no quiero que me devuelvas el alma.



Dormir no había sido tan difícil

antes.

Porque no tenía nada de ti

y ahora me quedó todo.



Me quedé sentada una noche

en mi terraza

donde siempre te imaginaba a mi lado,

tú me estabas besando

y yo estaba llorando.



Porque ya se había acabado.



Empecé a escribirte todos los días

porque no podía besarte en las noches.

Empecé a llamarte dormida

porque despierta ya ni me veías.



Busqué un cuaderno

en el que escribí tu nombre

en todas partes

sólo para recordarte como parte de mi poesía.



Y ahora cada noche salgo con las

uñas pintadas

para cuando tomes mi mano

dentro de la oscuridad

tu mundo se llene de colores

como mis manos lo están.



Al mirarte

todos los días de mi vida

algo en mí me dice que te espere

que ya estás cerca

para volver a abrazarme.



Una noche

soñé con una balada hermosa

y tú y yo la bailábamos

suave

despacio

romántico

y perdido.

Y cuando me diste vuelta

me crecieron flores en el pelo

y las arrancaste y las pusiste en un florero.

Y cuando te despediste

se marchitaron

y no me volvieron a crecer flores.



Si hubiese sabido que aquel era nuestro último beso.

No te hubiese dejado ir

y te hubiera amarrado a mí.



Aunque ya lo estaba haciendo

antes de saber que te ibas.



La noche me ataca a las 8:25 pm

y me quedo luchando a las 3:35 am.

Porque aún escucho el ruido de cuando te fuiste

y el ruido de cuando empecé a buscarte.



No dejes de amarme

aunque la lluvia se acabe.

Grietas.

Y si alguna vez me amaste
ya lo dejaste de hacer.
De la manera más fácil
más rápida
y la más callada.

Y nunca me enteré
porque siempre estuve ciega
porque yo sí te amaba
así de idiota
.

El día que te conocí,
conocí mi verdadero camino.
Y el día que te fuiste:
me perdí caminando.

Y no es fácil para mí
mirarte a los ojos y seguir mirando los días juntos.
No me es fácil
vivir días enteros soñando
con que volverás
y tomarás mi mano como antes.

No puedo dejar de creer
que la luz sólo me la brindabas tú
y el cielo se me ponía rosado
contigo a mi lado.

No puedo creer que te has ido
lejos de mi habitación
donde me juraste amor.

Vida mía,
si ahora te vas
tendré que mirarte a través del cielo
y yo sólo quiero encontrarte a mi lado.

Tienes que entender algo, amor:
Si no me detienes tú
yo seguiré corriendo
hasta encontrarte parado esperando que mi mano tome la tuya.

Tienes que saber algo, amor:
puedo estar sin ti.
Pero hay diferencias entre poder y querer hacerlo.

No dejes de amarme todavía,
aún sigue haciendo frío en tu corazón.
Aún sigue lloviendo en mi alma.

Destrózame,
pero hazlo sólo .