Te vi ahora,
bajo la luz del sol.
No sé si eras tú
o era mi desesperación.
Seguramente estoy engañándome de nuevo.
Qué estúpida de repente me vuelvo.
Cuánto tiempo más tendré que soportar,
para en tus brazos volver a estar.
Porque, qué duro es el amor
cuando es de verdad.
En mis brazos te dejo siempre estar,
para cuando yo me vaya,
siempre te voy a encontrar.
Porque
¿Cómo escapar sin ti?
Dos noches seguidas
sin dormir
por pensar en ti.
Por esperar por ti.
Y la única noche que dormí,
soñé con los dos,
soñé que me volvías a dar tu amor.
Y yo no te dejaba irte jamás.
A veces nos engañamos muy bien.