sábado, 23 de abril de 2016

Perderte y perderme.

Y luchar por todo lo que creía mío,
y seguir luchando.
Y permanecer quieta en tus brazos,
para que voltees abajo y me mires a mí.

Y acariciar tus manos
para que sientas el placer de ser amado.
Y quedarme quieta a tu lado,
para que sonrías cuando te enteres que estoy en tu vida.

Pasear de noche por mi habitación
buscando lo lugares en los que habitaste.
Dejar que una lágrima se escape de la nada
por recordarte en mis piernas soñando con la vida.

Y es que a veces añoraba mi casa
pero cada vez que me besabas
se sentía como mi hogar.
Y se sentía seguro.

Por ninguna razón
lloraba en las noches 
luego de terminar de hablar contigo
hasta que me enteré que lloraba
por el simple conocimiento
de ti en mi vida.

Y es que el amor duele
porque te entregas de repente
sin haberte dado cuenta.
Y empiezas a ver estrellas en sus ojos
y nebulosas en sus mejillas
y meteoros en sus labios
y te imaginas que cuando toquen los tuyos
habrá otro gran big bang
que cree su amor
y todo volverá a ser.

Y lo estás esperando.

Quiero tenerte
no sólo hoy
no sólo mañana
no sólo pasado.
Para siempre.
Y amarte
cuidarte
besarte
mirarte
leerte
oírte
soñarte
abrazarte
desnudarte
pero nunca olvidarte.

Porque si te pierdo
me pierdo.
Porque eres mi camino de ida y vuelta
y en ti no hay donde perderse
porque estás ahí
siempre
iluminando el camino
guiándome a casa
sin siquiera notificarlo
ni desearlo.

Daré un paseo por la orilla del mar
para encontrarte sentado en la arena
escribiendo mi nombre 
esperando que las olas lo borren
para fingir que ya no me esperas.

Porque sé que aún me amas.

Sólo deja el miedo,
que si no nos arriesgamos,
perdemos.