lunes, 30 de mayo de 2016

Reina del corazón de cristal.

Tengo de la misma manera
que decirte:
que ya no lloro tanto en las noches.
Ahora lloro más en el día
y no es para que todos me vean
es para que las lágrimas se sequen
más rápido con lo radiante del sol
y me haga feliz.

Porque de alguna manera u otra
mi corazón ya tiene que aprender
que no siempre te aman
como tú amas.
Y no es injusto
sólo es parte de la vida,
parte de la prueba 
para averiguar si eres fuerte.
Errar en tu corazón
fue algo que no pensé
y sólo pasó.
Y respirar mientras me atrapabas
era como un pecado 
porque tenía que morir en tus brazos
para no creer en nada.
¿Qué te puedo decir, belleza escondida?
Desde que te fuiste 
me he hecho más amiga de la luna.
Desde que te fuiste
la lluvia me habla más seguido.
Desde que no estás
mi cama ya no es suave
y mi almohada ya no es dulce,
y el agua ya no sabe a ti.
Cuando tengo la suerte de caer en sueños:
siempre estás ahí.
Y siempre trato de sacarte a patadas,
pero tomas mis piernas y me arrastras
a tu regazo y me besas la boca.
Y lloro.
Y cuando bajo de la segunda planta
de mi desgracia
me recuerdo llorando en la esquina,
cerca de la pared
donde me desnudabas el alma.
Tengo
de la misma manera que decirte:
que mañana lloverá en mi cuarto
porque mi techo se desvanece
cada vez que me dices adiós.
Y que sigo ocupando un espacio
en todo lo que está vacío,
y sigo usando copos de nieve
como aretes.
Y el cristal ya no me refleja a mí,
ahora sólo veo margaritas en las nubes.
Y te degé...
Así con g
porque fue un error.