domingo, 14 de agosto de 2016

Lo que ella sentía.












Ambos éramos jóvenes,
estúpidos, irremediablemente temerosos,
y un poco fuera de control.
Pero sabíamos que podíamos ser felices juntos.

     
            ... porque éramos el mismo error.



Y sabíamos que éramos la mitad del otro,
pero hablábamos más del silencio
que de nuestro cruel destino inesperado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario